lunes, 5 de marzo de 2012

Castell de Sant Carles

Este fin de semana pasado estuvimos celebrando el Dia de les Illes Balears. Y nosotros elegimos el Castell de Sant Carles como visita para el día 1 de Marzo, que es cuando celebramos nuestra diada.

Castell de Sant Carles

Este castillo se encuentra en el Dique del Oeste de Palma. Allí dónde atracan las cruceros. La entrada se encuentra un poquito antes de llegar a los muelles y está perfectamente señalizada. Este castillo se utilizó durante muchos años como punto estratégico militar para defender el puerto de Porto Pi. Cosa que no me extraña, porque desde aquí se puede ver toda la bahía de Palma.

La entrada al Castell de Sant Carles es libre, una de las pocas que quedan, porque por lo que he podido leer esta semana, ahora tendremos que pagar todos los días para entrar al Castell de Bellver (incluso los residentes). El Castell de Sant Carles se construyó en el siglo XVIII y desde 1981 es un museo histórico militar.

Dentro del castillo encontraremos diferentes salas numeradas en las que podremos observar distintos objetos de las batallas y guerras en las que Illes Balears o España han participado.

La primera impresión al entrar es que no vamos a ver mucha cosa más que la fortificación, que se encuentra en muy buen estado. Pero las apariencias engañan... Desde la entrada principal accedemos al patio de armas en el que podemos observar varias puertas o salas numeradas. ¡Y esa fue nuestra sorpresa! Al entrar en cada una de las salas, que parecían mucho más pequeñas desde fuera, accedías a un universo de objetos históricos que van desde la Edad Media hasta mediados del siglo XX. Visitamos las salas de derecha a izquierda y así es como os las voy a describir.

SALA I
En la primera sala podemos ver una gran colección de todo tipo de espadas de muchas partes del mundo. Hay floretes, navajas, dagas, lanzas, y todo lo que se te ocurra para pelear en una batalla. También hay una larga lista de escopetas, rifles, pistolas... datadas del siglo XVIII y XIX.





Los que más me llamaron la atención eran los mosquetes con los que se podía realizar un solo disparo y tenían que limpiar el cañón, cargarlo de pólvora y después de unos segundos volver a disparar, eso si tenían la suerte de no haber muerto antes. En esta colección también se pueden ver las polvoreras y los palos con los que limpiaban el cañón de los fusiles. Hay varios maletines con pistolas de duelo, hachas y machetes muy raros e incluso un libro en el que escondían un revólver. Una colección curiosa.

En la segunda sala hay una miniatura hecha de madera del edificio de la Lonja en la que durante un tiempo fue utilizada para fabricar cañones. Primera noticia que tengo. Y yo que creía que se había utilizado solo para vender pescado...

En esta pequeña sala también podemos encontrar una maqueta inmensa en la que se representa una batalla con un montón de soldaditos de esos minúsculos pintados a mano. ¡Un trabajazo! Merece la pena que nos detengamos un momento para observarla. Como están colocadas estratégicamente las diferentes compañías. Como han cuidado cada uno de los detalles de cada soldado. ¡Muy bonita!

La tercera sala está divida en tres secciones. En la primera puerta a la izquierda podemos ver objetos personales del general Valeriano Weyler y Nicolau. No soy yo la más indicada para hablar de historia, porque más bien conozco poca. Pero por lo que pude leer tuvo muchos cargos militares importantes y estuvo un muchos momentos importantes de nuestra historia. Creo que si tuviera que hacer un resumen de lo que hizo este hombre, tendría que crear un blog solo para él. Lo siento, la historia no es nuestro fuerte.

Si entramos por la puerta que queda en frente, cuando entramos en esta sala, podemos ver un pequeño espacio dedicado a todas las torres de vigilancia que hay en Mallorca. Algunas mejor conservadas que otras.

Medallas y cruces militares
Y la última sección de esta sala es la que está en el primer piso, subiendo las escaleras que nos quedan a la derecha, nada más entrar en esta sala. De nuevo nos encontramos con un gran espacio dedicado al vestuario militar, medallas y cruces de condecoraciones militares. Muchos de estos objetos han sido cedidos por sus familias, por eso queremos dar las gracias por compartir su historia, nuestra historia, con todos.

También hay una gran colección de banderas militares de Baleares y de España de muchas épocas diferentes. Y un pequeño rincón dedicado a la memoria del Crucero Baleares.

En la cuarta sala encontramos de nuevo una colección de armas, pero más actuales. También varios sistemas de comunicaciones y el sistema de lotería en el que se sorteaban los destinos del servicio militar. Lo que me pareció, más que curioso, fue la similitud de las bolas que utilizaban para realizar el sorteo militar con las que se utilizan hoy en día para el sorteo de la Lotería Nacional. No se si tienen algo en común. Lo desconozco. Si alguien lo sabe, que nos saque de dudas. ¿Será por eso que han inaugurado una exposición sobre los 200 años de la Lotería Nacional en este castillo?

En la última sala que podemos visitar, antes de subir al primer piso de la fortaleza, encontraremos un rincón dedicado als Foners de Mallorca. Lo que actualmente se conoce como un deporte (Tir de Fona), en la antigüedad la fona se utilizaba como un arma. Consiste en un trozo de cuerda con el que se pueden lanzar pequeños trozos de piedra o plomo a largas distancias. En esta sala también podemos ver una serie de cuadros dedicados al Tir de Fona.


Una vez visitada la parte inferior del castillo podemos acceder a la primera planta subiendo las escaleras que se encuentran justo al lado de los servicios. Aquí aún se mantienen los mecanismos que utilizaban para transportar los misiles hasta la azotea, dónde podemos ver algunos cañones que se conservan. Desde arriba podemos ver perfectamente toda la bahía de Palma.


Antes de abandonar el castillo se puede ver una última sala dedicada a los cañones. Cómo se fabricaban los cañones, los misiles... También se puede ver dónde se encuentran los cañones Vickers de las islas. Nosotros visitamos el famoso Vickers de calibre 381 cuando estuvimos en La Mola de Maó en Menorca. ¡Era inmenso!

Y eso es casi todo lo que puedo contar del Castell de Sant Carles. Seguro que se me ha olvidado describir alguno de sus detalles, pero es que nos hemos sorprendido mucho de lo que nos hemos encontrado. ¡Y entrada libre! Creo que hemos pagado entrada en muchos sitios que no ofrecen ni una tercera parte de lo que se ofrece aquí. Así que si algún día no sabéis que ir a ver, os recomendamos esta visita.

 Y con la bahía de Palma a nuestras espaldas nos despedimos hasta la próxima.


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