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domingo, 17 de septiembre de 2017

Algaida

Después de visitar Randa y Pina, nos faltaba visitar el núcleo principal del municipio de Algaida. Escogimos un domingo de este caluroso verano para hacer algo diferente y huir del bullicio de las zonas costeras que tenemos este año en Mallorca.

El municipio de Algaida está situado en el Pla de Mallorca y es muy fácil llegar a él por la carretera Ma-15 o como la conoce todo el mundo, la carretera de Algaida. Según la página web del Ajuntament de Algaida, esta población está habitada desde la época pre-talayótica, aunque la mayoría de los yacimientos que se conservan son de la época talayótica (entre el 1400 y el 123 A.C.)


Església de Castellitx

Parece ser que el origen de este municipio gira en torno a Castellitx. Una pequeña iglesia a la que se puede acceder desde la carretera de Algaida a Randa. Castellitx era el nombre con el que antiguamente se hacía referencia al término municipal de Algaida. Desde el siglo XIII hasta el siglo XV fue la iglesia principal. No pudimos entrar a verla, pero he leído que los martes después de Pascua se celebra el pancaritat, donde se venera a la Mare de Déu de la Pau.


Dentro de la Vila de Algaida se conservan 5 creus de terme, aunque nosotros pudimos encontrar tan solo tres.

Creu des Colomer
  • La Creu des Colomer, situada en el carrer des Colomer. Fácilmente visible y con un pozo al lado.
  • La Creu d'en Massot, en el carrer de la Ribera. Un poco más pequeña y pegada a la pared.
  • La Creu de can Vicó, en el cruce del carrer de Palma y el carrer de sa Quarterada.


También nos faltó encontrar la creu de Binicomprat, que marca la ubicación de una antigua fosa de muertos por la peste del siglo XVII. Y la de las Costes de Xorrigo (que no hubo manera de encontrarla. ¿La habrán quitado con las obras del gas?)


Molí d'en Gasparino o d'en Fosca
Podemos encontrar hasta 17 molinos de viento por este núcleo, aunque la mayoría son privados y no se pueden visitar. Todos los molinos tienen una base que se utilizaba como vivienda o almacén.

No todos conservan sus aspas, pero casi todos mantienen todavía en buen estado las torres. Creo que es algo que le da una plus de belleza a este gran pueblo y que espero que sigan conservando.


Església de Algaida
Nos dirigimos ahora al centro neurálgico de cualquier pueblo, su iglesia.

La església parroquial d'Algaida está dedicada a Sant Pere y Sant Pau. Parece ser que se construyó sobre otra pequeña edificación religiosa anterior, entre los siglos XVI y XVII. Lo bueno de visitar los pueblos en domingo, es que hay muchas probabilidades de que las iglesias estén abiertas, y este fue el caso. Es una iglesia muy grande y con muchísimos detalles religiosos como el retablo del altar mayor de estilo barroco dedicado a la Mare de Déu y otro de estilo gótico dedicado a Sant Pere y Sant Pau.


Forn de Can Salem
Justo detrás de la iglesia pudimos ver el edificio de les Monges Agustines. Y una calle después encontramos un forn de esos de pueblo que sabes que cualquier cosa que compres va a estar súper bueno. Y de hecho, fue así.

Todo tenía muy buena pinta, pero al final compramos un par de croissants que estaban ¡buenísimos! Hacía mucho tiempo que no comíamos un croissant tan bueno. ¡Cómo los de antes! Totalmente recomendable este pequeño forn si os acercáis a Algaida. Está un poco escondido, pero vale la pena la búsqueda.



Parque infantil en Algaida
Y de visita y parada obligada, ahora que somos papás, son los parques infantiles. En la carretera principal encontramos uno, en una especie de paseo, que estaba muy bien. Tenía dos partes, una para los más pequeños y otra para los más mayores. ¡Y ninguno con arena! No es que esté en contra, pero si no hay arena, los niños se ensucian menos jejeje...


Para acabar nuestra ruta por Algaida, nos paramos a comer en uno de sus restaurantes míticos. Cal Dimoni. No tienen mucha variedad de platos, pero todo está muy bueno. Nosotros probamos la lechona y el cordero, y a cual más bueno. Eso sí, Silvia no paró de vigilar el dimoni que hay en la puerta y ahora está obsesionada con ellos. Ahora ya podemos decir que "ja hem anat a Cal Dimoni".

Y con esta visita hemos conseguido estar en todos los núcleos de población del municipio de Algaida, poquet a poquet, pero lo vamos consiguiendo. Uno más en nuestra lista de municipios visitados. ¡Ya queda menos!


Nos despedimos desde uno de los parques infantiles, que se han convertido en nuestra nueva afición. A este paso también conoceremos todos los parques de Mallorca...


¡Hasta la próxima!



martes, 7 de enero de 2014

Bodegues Ribas

A finales del año pasado me invitaron a visitar la bodega Ribas. Situada en el municipio de Consell desde 1711, se trata de la bodega más antigua de Mallorca y de la tercera de toda España.




Sus viñas ocupan 40 hectáreas y los dueños de la bodega son la 13ª generación de la familia Ribas. Tienen dos tipos de viñas. La más antigua tiene más de 50 años y se utiliza para crear su vino más reconocido, el Sió. Y las más jóvenes tienen unos 25 años, con los que hacen el resto de sus vinos.


Sylvia fue nuestra guía
Las variedades blancas que podemos encontrar en sus vides son Prensal blanc, Viognier y Moscatel; mientras que las variedades negras están compuestas por Mantonegro, Gargollassa, Callet, Cabernet sauvignon, Syrah y Merlot.

Esta bodega es un 70% ecológica gracias a que no utiliza pesticidas. Para proteger las viñas de insectos utilizan cobre y azufre.


Toda la vendimia se realiza completamente a mano y la selección de la uva es manual. En una primera tanda se eliminan ramas, uvas malas y los posibles caracoles que pueda haber. Y en la segunda selección se clasifica la uva por su madurez.


Barricas de vino tinto
El vino blanco se guarda en barricas de acero inoxidable a unos 15 grados durante 40 ó 60 días y después es embotellado. Mientras que el vino tinto se acumula en barricas de cemento de unos 200 mil litros y después se conserva en barricas de madera de roble, francés en su mayoría, hasta 15 meses. Para después pasar al embotellado. Cuando fuimos a visitar la bodega no era tiempo de vendimia, pero me encantaría realizar una visita de nuevo con mi marido Xisco para poder ver la diferencia.


Sus ventas están repartidas a partes iguales entre España y el resto del mundo. Solo en Mallorca se vende el 40% del total de su producción, mientras que en la península se vende el 10%. El resto se vende en el extranjero donde sus mejores clientes son Suiza y Alemania.

Cata de vinos
Después de conocer como funciona la bodega y sus características nos invitaron a una cata de vino. Pudimos probar tres vinos. El Sió, que es el vino tinto más conocido de esta bodega y se realiza con las viñas más antiguas. El vino tinto Ribas, que es un vino más novel, mucho más suave (que a mí me gustó más). Y por último el Sioneta, que es un vino blanco dulce que entraba como el agua. ¡Qué cosa más buena!


Si os interesa comprar alguna botella de esta bodega podréis hacerlo en tiendas especializadas, en el supermercado de El Corte Inglés o directamente en la bodega, en la que también venden vino a granel.

Me ha encantado esta visita y conocer muchas cosas nuevas sobre el vino que no sabía. Seguro que volveremos juntos algún día. Además estoy deseando volver a ver a esa preciosidad de perrita que tenían en la bodega que era súper cariñosa.

Quiero agradecer a Teresa la invitación para conocer esta bodega y también a Sylvia por toda la información proporcionada. Me despido de vosotros con las nuevas barricas que conservarán la cosecha de 2013.


¡Hasta la próxima!