Una nueva excursión a una cala de Mallorca y de nuevo repitiendo experiencia con mis chicas twitteras. Esta vez eramos el doble de #tuiteraspower y nos dirigimos hacia el municipio de Artà.
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S'Aigua Dolça |
S'Aigua Dolça (también conocida como
Es Caló de Betlem) está situada en el
Parc Natural de la Península de Llevant. Podéis ver más información sobre esta cala en la web de
Disfruta la Playa.
Para llegar hasta esta cala nos dirigimos hasta la urbanización de Betlem, dónde encontraremos el camino de esta excursión al final de la calle principal. A pocos minutos nos encontraremos un pequeño desvío en el que tenemos que coger el camino de la derecha. ¿A dónde llevará el de la izquierda?
Es un sendero con pocos cambios de rasante y rodeado en su mayoría de árboles. Cosa que se agradece bastante si os decidís a realizar esta visita en verano. Nosotras tuvimos suerte, porque el día amaneció nublado, y no echábamos tanto de menos una sombra en la que cobijarse. Aunque a la vuelta, fue otro cantar... Por el camino se puede apreciar el contraste de los colores del mar con la vegetación del camino y las áridas montañas que componen el parque. Os recomiendo llevar zapatillas para la excursión, porque creo que se os haría muy pesado si lleváis chanclas. Tened en cuenta que son unos 40 minutos de excursión.
Cuando ya estemos llegando a S'Aigua Dolça tenéis que seguir el camino y rodear la cala hasta donde están los restos de una pequeña casita de piedra en la que hay unas escaleras para bajar hasta la cala. Aquí podemos ver varias zonas de baño. Un pequeño muelle de hormigón, algunas zonas de arena y otras de rocas.
Aunque es muy habitual encontrar bastantes barcos, seguro que encontraréis un pequeño hueco para poner vuestros bártulos. Lo que más me llamó la atención de esta cala es la cantidad de algas que se han ido acumulando día tras día en las rocas de la orilla. En algunas había hasta casi dos palmos de algas secas. Resultó muy curioso caminar por encima de ellas. Parecía que flotabas sobre un colchón natural de algas.
Si os apetece investigar más, podéis seguir el camino que nos ha llevado hasta aquí y visitar otras pequeñas calas como las que vimos nosotras.
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Sa Punta d'es Caló |
Como, por ejemplo, la
Punta d'es Caló. Una pequeña cala en la que las rocas nos refugiaban de la bravura del mar como un pequeño dique natural. Ideal para un "
capfico" de las más playeras. Para entrar al mar tenéis que ir por las rocas, así que, os recomiendo llevar zapatos de agua para no patinar. ¡Me encanta descubrir estos pequeños rincones de
Mallorca! Como aquel que descubrimos cerca de
Cala Deià.
Otra de las calas en las que estuvimos es esta pequeñita cala, conocida como
Sa Platjola, fue la escogida en nuestra parada técnica para comer. Nuestro restaurante particular que parecía estar reservado para nosotras... ¡con espectáculo incluido! Jejeje. Sobretodo cuando el mar nos trajo un pequeño sombrero que dio mucho juego y al que le tengo que estar agradecida porque me alivió las horas más duras de sol (mira que olvidarme la gorra en el coche...)
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Sa Platjola |
Os dejo la ruta que grabé con Wikiloc para que os hagáis una idea de la duración de la excursión. La señal del GPS no es muy exacta que digamos, pero esta excursión es de las más fáciles, ya que el camino no tiene pérdida.
En nuestro camino de vuelta no queríamos irnos con la duda de a dónde llevaba el otro camino en el desvío que encontramos al principio. Así que decidimos ir por él. Aquí el camino es mucho más estrecho y desciende bruscamente por el acantilado. No es que sea muy complicado, pero al volver se hace duro. Como subir escaleras... Como recompensa conocimos la playa de
Na Clara. Al final decidimos no hacer ningún "
capfico" en esta playa porque el mar estaba un poco revuelto y a penas se veía la orilla, pero seguro que volveremos algún día para ver lo que este lugar nos escondía.
Y desde este rincón de rocas me despido con la sorpresa que nos trajo el mar y mi super mochila playera.
¡Hasta la próxima!