Gracias a @Dibautoplus por prestarnos el Renault Twizzy |
Llegado el día, me dirigí con mi super Clio (que por un momento volvía a sus orígenes) para probar el Twizzy. Después de firmar algún que otro papelito (formalidades), me explicaron como funcionaba y Let's go!. Para quién, como yo, nunca haya llevado un coche automático es bastante sencillo. Un ligero toque de llave y aunque no hiciera ningún ruido, ya estaba en marca. ¡Es lo que tienen los coches eléctricos! Después tiene un botón para ir hacia delante, hacia atrás y punto muerto. Cuando el coche está parado hay que poner el punto muerto, porque sino empieza a pitar... (aprendí la lección).
Una vez superado el primer schock inicial de no llevar un coche con marchas, ni embrague, nos disponemos a empezar nuestra aventura eléctrica. Solo tiene dos pedales: uno para acelerar y otro para frenar. A diferencia de mi coche, en este había que pisar bastante los pedales para que acelerase y frenase, sobre todo para frenar. Al principio no hace nada de ruido, pero cuando aceleras un poco se oye un ligero sonido como un silbido. A lo mejor es el aire que entra entre las "ventanas" y "puertas" del coche. Y lo pongo entre comillas porque creo que ha eso no se le puede llamar ni puertas ni ventanas. Es como si fueras en una moto carrozada de plástico. Con todas las ventajas e inconvenientes que eso conlleva. Si llueve, te mojas; y si hace calor, te achicharras. Como nos pasó a nosotros jejejeje. Supongo que todavía hay que mejorar ciertas cosillas, pero me alegra que haya un comienzo.
Twizzy con las puertas abiertas |
Aunque no es un coche veloz, tiene una aceleración rápida y alcanza los 85 Km/h. Según las características técnicas tiene una autonomía de 100 km, pero todo depende de la velocidad a la que vayas. Cuanta más velocidad, más rápido se descargará la batería. Lo que no sabía es que la batería del coche se recarga al frenar. ¡Qué invento! Ojalá mi coche hiciera lo mismo con la gasolina...
Y ahí viene el truco del precio de este coche, la batería. Algo que nosotros no sabíamos y nos enteramos el mismo día. La batería del coche no te la venden, sino que te la alquilan por el módico precio de 50 € al mes. Que visto lo visto, es lo mismo que me gasto en gasolina todos los meses. Supongo que todavía hace falta que avancen en este tema. Eso sí, por lo que nos pareció entender si la batería se estropeaba o disminuía su potencia total de carga te la cambiaban gratis porque lo cubría el alquiler.
Para nuestra pequeña ruta eléctrica nos fuimos a comer al restaurante Pequeño Mundo del Coll d'en Rabassa y después nos fuimos hasta Son Verí por la playa de Palma.
Por la playa de Palma |
El coche es bastante llamativo y no pasábamos desapercibidos jejeje. Casi todo el mundo se giraba para verlo. Espero que algún día estemos más que acostumbrados a ver estos coches eléctricos en nuestras calles. Al ser un coche eléctrico que apenas hace ruido estuvimos a punto de atropellar a más de uno que cruzaba la calle de oído. Entre ellos, yo me incluyo... Tendremos que hacernos a la idea que dentro de poco habrá que mirar bien antes de cruzar y no cruzar de oídas como estamos acostumbrados.
Para acabar nos fuimos hasta el Castell de Bellver para probar qué tal iba el coche en las cuestas del bosque de Bellver. Ahí fue dónde nos dimos cuenta de lo rápido que bajaba el nivel de la batería. Pero la velocidad no se veía afectada como en un coche de gasolina de poca potencia. Aún así duró lo suficiente como para volver al polígono de Son Castelló por la tarde a devolver el coche.
La verdad es que, a parte del calor, ha sido una experiencia muy divertida. Si tenéis la ocasión de probarlo, hacedlo. Nos despedimos con nuestro pequeño nuevo amigo eléctrico. ¡Nos vemos en la próxima!
Con el Twizzy en Son Verí |
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