Cala Deià |
Una vez llegamos a la cala lo primero que se ve es el restaurante que hay en la parte izquierda. También podemos encontrar un bar en la parte de la derecha, que es dónde se encuentra la playa. Esta cala es toda de rocas y con un poquito de imaginación uno es capaz de colocar las toallas en algún resquicio de las rocas donde te puedes llegar a tumbar.
¡Ah! También os recomiendo llevaros unos zapatos de agua para andar por las rocas y meteros en el agua. Mucho más cómodo, porque no tienes que ir pasando pena de resbalarte y caerte o de clavarte alguna de esas puñeteras piedrecitas... Creo que en alguna ocasión ya os hablé de los zapatos de agua. No son muy caros y en este tipo de calas se les saca mucho rendimiento.
Aunque había un par de barquitos en la cala el agua estaba fenomenal. Cristalina y limpia. Me encanta cuando puedo bañarme en el mar y desde arriba puedo ver de qué color llevo pintadas las uñas de los pies.
Una vez que nos pegamos un par de chapuzones y nos comimos nuestros super bocatas, nos dirigimos a realizar una excursión que hay desde esta cala hasta Llucalcari. He de decir que no llegamos hasta allí, porque no llevábamos el calzado adecuado. Hubiésemos necesitado un par de zapatillas, ya que con chanclas no era fácil andar. El camino discurre por la costa entre las montañas e incluso hay tramos que son difíciles de pasar porque hay pinos en medio que hay que saltar. Me imagino que de algún temporal anterior.
Nuestro pequeño rincón |
Y con estas preciosas vistas de la costa de Deià me despido hasta la próxima. Espero que este otoño podamos realizar algunas nuevas excursiones y conocer muchos más pueblos de esta preciosa isla que recomiendo a todo el mundo visitar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario